Tomado de EL BLOG DEL FÚTBOL CUBANO
El
deporte en Cuba se ha vuelto una ciencia social tan o más difícil de
entender que la mismísima teoría de la relatividad del genio Albert
Einstein. Sobre como desentramarlo, potenciarlo y desarrollarlo,
específicamente en el fútbol, tuve el placer de conversar con Raúl
González Triana, seleccionador nacional sub-20.
Un tipo
natural, conversador, dicharachero, jovial, conocedor de cuanta
historia existe en el entorno del fútbol cubano, del pí al pá, amante
desesperado de su profesión, formador de generaciones, ese es Triana,
el hombre que llevó a Cuba a la primera Copa Mundial de fútbol sub-20
de su historia, el socio que me abrió, sin pensarlo un segundo, la
puerta de la habitación 409 del hotel Polat Renaissance, en la
maravillosa ciudad turca de Estambul.
La entrevista
salió sola, tengo que admitirlo, ni el más sensible de los tópicos
conspiró contra ella. Triana no guardó secretos aunque exigió, como es
lógico, discreción y tacto en varios puntos, porque “yo se como es mi
paño”, dijo.
Mucha tela
por donde cortar. Mis intereses eran varios, unos para aquí otros para
allá. ¿El más importante de todos cuál será? La historia, la
trascendencia, lógicamente. Pero ciertamente había dos citas con la
historia: una deportiva muy importante, la clasificación al Mundial, y
otra político-deportiva-social que engloba el cómo convertir esa
clasificación en algo habitual, cotidiano, y NO esporádico como sucedió
en esta ocasión.
Entonces viré
los cañones para la segunda opción. No me podía traicionar. Enfoqué el
hilo hacia el enigmático fenómeno de apertura del deporte que por estos
días aflora en el país, con la inserción de tres peloteros cubanos en
activo en la Liga Mexicana profesional de verano, un hecho que Triana
aplaude con las dos manos y espera se extienda al fútbol.
En Cuba
varios jugadores fueron autorizados oficialmente a jugar en la Liga
Mexicana Profesional de béisbol ¿Cómo califica esa medida y qué
trascendencia pudiera tener en el futuro del fútbol cubano?
Si es cierto,
siempre y cuando no vaya en contra de los principios de la Revolución,
considero que esa apertura va a ser importante para nosotros en el
fútbol. En Cuba hay muchos jugadores de calidad, sería bonito y
fructífero que esta generación joven pudiera insertarse en ligas en el
extranjero, dijo, aunque, para aliviar la tensión, debí recalcarle que
sí, que es real la presencia de Michel Enríquez, Alfredo Despaigne y
Yordanis Samón en México, autorizados por el gobierno cubano.
¿Específicamente cómo esto influiría en los futbolistas cubanos?
En primer
lugar esa apertura les dará la posibilidad de ganar en experiencia
diaria, que hoy no tienen. Enfrentarán a muchos jugadores diferentes de
otros países, se desarrollarán los conocimientos del fútbol y la
mentalidad, incluso su personalidad se fortalecería.
La
personalidad de los jugadores cambiará para mejor, me parece que los
futbolistas nuestros tienen problemas con la personalidad, tienen gran
actitud, son muy valientes, pero tienen muchas limitaciones o lagunas
para encarar los partidos.
¿Pudiera esta apertura catapultar al fútbol cubano?
Ahora mismo
tenemos una buena generación para llegar a un Mundial de mayores. Si la
sabemos usar, mantener y sobre todo desarrollar, y también evitar que
se estanquen los jugadores, me parece factible que Cuba llegue pronto a
un Mundial de mayores.
Esta es la
misma generación que tendrá México, Estados Unidos o El Salvador dentro
de unos años. ¿Por qué ellos se desarrollarán y nosotros no? Simple, la
respuesta es sencilla, ellos están todo el año topando con niveles
altos de fútbol en ligas o en buenos amistosos de selecciones. Si
nosotros hiciéramos lo mismo creceríamos mucho.
¿Ve lógico que varios jugadores cubanos quieran llegar al Barcelona, Real Madrid o Manchester United?
Eso es normal en todo el mundo.
Cuba en una Copa del Mundo… de fútbol ¿Cuáles fueron sus impresiones?
Si, es
increíble, verdad. Estar aquí es lo máximo. Un Campeonato Mundial es lo
máximo, es un orgullo, es a lo que aspira todo técnico y todo jugador.
Cuba ha dado un paso muy importante al lograr clasificar a esta Copa de
Turquía, por primera vez llegamos a un torneo de esta magnitud en esta
categoría.
¿Cuál era el objetivo de la selección en este torneo?
Sabíamos que
era complicado avanzar a la segunda ronda, pero de todos modos fuimos
ambiciosos y nos trazamos como objetivo guía llegar a octavos de final,
aunque finalmente no lo pudimos cumplir por la enorme complejidad del
torneo.
Fue una
experiencia única, muy importante, tanto para mí como técnico, para mi
cuerpo de entrenadores y para todos los jugadores. El fútbol nuestro
estaba necesitado de llegar a una Copa del Mundo, fuera en la categoría
que fuera, para abrir el camino y poder comenzar a soñar con clasificar
a un Mundial de mayores.
¿Algo positivo?
Si, claro, la mayoría de las cosas, perdimos los tres partidos pero luchamos y ganamos mucha experiencia.
Todo el mundo
vio el partido contra Corea del Sur, bastante equilibrado, pero el
árbitro decidió cantar un penal y cambió el curso del encuentro. Si fue
o no penal es otra cosa, yo no soy nadie para calificar a los referee,
pero si puedo decir que cambió la cara del encuentro, ellos subieron y
nosotros bajamos la moral, al final no aguantamos y perdimos 1-2.
¿Algo Negativo?
Contra
Nigeria la cosa fue diferente. Los nigerianos fueron muy superiores
desde que arrancó el partido, ellos juegan un fútbol que está muy por
delante del nuestro. Y Portugal fue peor todavía, pero ellos no estaban
ahí nada más para ganar el grupo B, los portugueses fueron a ganar el
Mundial.
Estoy
convencido que el equipo cubano pudo ofrecer un poco más, el campeonato
nos quedó un poco grande. Obligamos a los jugadores a llegar hasta el
límite, pero este es el techo real de nuestro fútbol.
¿Qué necesidades inmediatas tiene el fútbol cubano, en pos de un desarrollo sostenible?
Cuba necesita
de inmediato elevar el nivel de sus amistosos internacionales, venir a
Europa a hacer bases de entrenamiento como la que hicimos en la ciudad
española de Málaga previo al Mundial. Dar continuidad a esas
preparaciones será fructífero.
Debemos mirar
más allá de la Concacaf. El nivel en esa región es muy bajo, se ha
visto acá (Turquía-2013) que los equipos de nuestra zona son los más
débiles desde donde se mire, en cuanto a organización, en cuanto a
calidad de los jugadores o al funcionamiento táctico.
Si queremos
experimentar un crecimiento significativo de nivel hay que salir de
Cuba, jugar más en el área contra los poderosos, México, Estados Unidos
o Costa Rica, venir a Europa y jugar contra equipos de aquí. Sería
importante si logramos girar el timón del barco y venimos más a Europa.
¿En realidad piensa que Cuba tiene opciones reales de clasificar a un Mundial de mayores?
Lo primero
que debemos lograr es mantener un grupo sólido de entre 30 y 35
jugadores jóvenes para que puedan transitar o llegar a otro ciclo. La
continuidad es fundamental, no solamente la del trabajo sino también
desde el punto de vista de la preparación y la competición.
Te repito,
tenemos una generación ahora mismo muy buena, solo hay que
desarrollarla planificadamente para evitar que se estanquen los
jugadores, como muchas veces nos pasa, no solo en el fútbol.
¿Se atrevería a señalar un año para llegar a un Mundial absoluto?
En el 2018 o el 2022, solo hay que hacer las cosas bien, motivar a los jugadores. El resto llega solo. (Tomado de http://www.oncubamagazine.com)