No hay espacio para más. Este sábado se escucharán a las 3:30 p.m., los ocho pitazos que iniciarán las acciones del 98 Campeonato Nacional de Fútbol, antecedido por el inédito título de la selección cubana en la Copa del Caribe y el destacable lugar 88 en el último ranking de la FIFA.

Por doquier rebosa el embullo de jugadores, entrenadores y federativos de cara al certamen. Sobre su novedosa estructura y otros tópicos de interés, JR conversó con Antonio Garcés, vicepresidente de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC).

—¿Cómo se estructuró la justa?

—El objetivo de este certamen es que, en la primera fase llamada «de apertura», compita un equipo por cada una de las 15 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, divididos en cuatro grupos. En el A están Pinar del Río, Artemisa, La Habana y La Isla, mientras que en el B se enrolan Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos y el campeón exponente Villa Clara, que alineará nuevamente al veterano defensa Yenier Márquez —el pasado año pidió su baja de la selección nacional—, todos bajo la dirección técnica de Ariel Álvarez.

Además, el subcampeón doméstico Camagüey se ubica en la llave C, junto a Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Las Tunas. En tanto, en el grupo D aparece el bronce del patio Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo. El sistema de competencia será de todos contra todos, a dos vueltas. Cada equipo dirimirá seis juegos y los dos primeros de cada grupo avanzarán a la segunda fase, denominada «de clausura». En ninguna de las dos etapas intervendrán los integrantes de la selección nacional sub 17, en tanto los jugadores del sub 20 lo harán tras su regreso del Premundial de Concacaf, que se disputará el mes próximo en la ciudad mexicana de Puebla.

—¿Cuál es el diseño de esa fase de clausura?

—Los ocho elencos clasificados competirán todos contra todos, a tres vueltas, lo cual significa que jugarán otros 21 partidos. Y la particularidad es que, por interés de la comisión nacional, los equipos podrán escoger hasta cinco «refuerzos» de aquellos conjuntos eliminados.

Al finalizar esos 21 partidos, habrá un play off con los cuatro mejores colectivos. El primero se enfrentará al cuarto, y el segundo al tercero, en duelos de ida y vuelta. Los ganadores discutirán el oro y los perdedores irán por el bronce.

Luego de conocerse a los medallistas queremos efectuar un torneo élite en el que actuarán 80 jugadores —agrupados en cuatro conjuntos—, para el cual cursaremos invitación a equipos extranjeros. Entonces, tras concluir esa justa, se escogerá la preselección nacional de cara a la venidera Copa de Oro Estados Unidos 2013.

—En las ligas foráneas, los directores de la selección nacional fungen como scouts, viendo los juegos desde las gradas. En todo este ajetreo, ¿dónde aparece el técnico granmense Walter Benítez, que alzó con Cuba la primera Copa del Caribe?

—En los partidos, él fungirá como comisario y así observará a todos los jugadores del país para saber con qué cuenta a la hora de convocar la preselección. Además, la AFC decidió que el entrenador que gane el campeonato, acompañará a Walter en la selección nacional.

—Por todos los aseguramientos que lleva, en los tiempos actuales se dificulta mucho desarrollar un torneo tan extenso. ¿Qué han detectado?

—Se hizo un recorrido por cada territorio. Vimos las condiciones de transportación y hospedaje de los equipos. Pensamos que no debe haber grandes dificultades. En el orden competitivo, decidimos que Granma no jugará como anfitrión en Jiguaní, sino que lo hará en Media Luna, en tanto La Habana será local en el estadio Pedro Marrero. Además, falta revisar el terreno del Rodeo, en la Isla, y sí se jugará en Morón, aunque tiene pendiente poner la cerca perimetral.

Tomado de Juventud Rebelde