Categórica, espectacular e histórica. Así se me antoja catalogar la
goleada de 4-0 que le endosó este martes la selección cubana de fútbol a
su similar de Belice, válida para acceder a la fase de cuartos de final
de la Copa de Oro Estados Unidos 2013.
La gran figura del equipo cubano fue el volante de llegada Ariel
Martínez, quien consiguió un fabuloso hat trick (tres goles) en los
minutos 38, 63 y 84, en tanto el volante de contención Yenier Márquez
sentenció la goleada y el pase a cuartos con su diana en tiempo de
reposición (90+2).
Tras sus derrotas frente a Costa Rica (0-3) y Estados Unidos (1-4),
Cuba debía ganar por cuatro goles sin recibir ninguno, pues le disputaba
a Martinica el segundo mejor tercer puesto de la justa. Y como se
aprecia, al término del primer tiempo solo se había conseguido el gol
inicial de Ariel.
Pero el «monólogo» cubano sobre la cancha no cambió en el
complementario, a pesar de varias fallas a la hora de definir, y a las
atajadas providenciales del cancerbero Woodrow West, que impidieron un
marcador más abultado.
Realmente, Ariel se convirtió en un real peligro durante los 90
minutos de juego. Aparecía por cualquier sector de la cancha. Sus dos
primeros goles fueron de similar factura y «a lo Arjen Robben», el
volante holandés. Entró por la derecha, gambeteó preciso, dejó detrás a
un par de defensas, y luego le pegó de zurda al balón, indetenible por
el cancerbero Woodrow West.
Pero el espirituano insistió, se movió por doquier, «pedaleó» la
esférica, corrió y firmó luego su tercer gol, esta vez de derecha.
Mientras, el veterano Yenier anotó en el último segundo de juego, de derecha, en la frontal del área chica y a «boca de jarro».
Este triunfo en el estadio Rentschler Field, constituye el segundo
para Cuba en 19 partidos de Copas de Oro. Pero hay más. Este éxito le
permite avanzar, también por segunda vez en la historia, a la fase de
cuartos de final en su séptima participación en estas lides.
Tomado de JR