Con el arribo del equipo canadiense a nuestras tierras retomaron
vuelo los sueños mundialistas del fútbol cubano. Además, echó a andar
la cuenta regresiva para el partido que hoy marcará el estreno de
nuestra selección en el proceso eliminatorio rumbo al Mundial de Brasil
2014, que en el área de Concacaf ya ha visto pasar sus dos primeras
fases.
La visita ya participó en la más reciente de ellas con resultados
satisfactorios. Ahora se presenta en la capital cubana con los ánimos
más cerca del cielo, gracias a un alentador empate sin goles conseguido
frente al potente elenco estadounidense el pasado domingo en Toronto.
La igualada ante un rival con más historia y que le saca casi 50
puestos de ventaja en el ranking de la FIFA disparó las expectativas
sobre el duelo con los cubanos. Stephen Hart, técnico canadiense,
aprovechó la oportunidad para ensayar su propuesta, pero reservó al
«tocado» Atiba Hutchinson, mediocampista del PSV Eindhoven holandés,
para la presentación en el Pedro Marrero.
Optó Hart por un merecido respeto al rival poblando la mediacancha
con cinco volantes, encabezados por el experimentado Dwayne del
Rosario, y dejó a Oliver Occean como única referencia ofensiva.
Un planteamiento más o menos similar fue utilizado por el estratega granmense Alexander, «Chande»,
González durante los más recientes partidos de preparación que sostuvo
la selección cubana en su gira por tierras brasileñas. Sin apenas
variaciones en la forma, el esquema fue probado allí con diferentes
«piezas», en el afán de conformar un grupo lo suficientemente sólido en
defensa, y con la movilidad y velocidad necesaria para hacer daño del
mediocampo hacia adelante.
Sin embargo, de regreso el DT cubano prescindió de los servicios del
avileño Sander Fernández y el capitalino Heviel Cordovés, y llamó a
filas al guantanamero Alexei Zuaznábar, flamante líder goleador del más
reciente Campeonato Nacional.
Además, convocó al matancero Andy Díaz como tercer portero, rescató
del equipo olímpico al central holguinero Renay Malblanche, y le dio la
oportunidad a su coterráneo mediocampista Ruslán Batista. Estas
novedades pudieran influir en la posible alineación abridora.
Según los archivos de nuestro estadístico Benigno Daquinta, el
último partido oficial entre estos equipos data de hace siete años,
cuando los norteños salieron airosos por 2-1 en choque correspondiente
a la Copa de Oro. Entonces el curtido central Kevin McKenna, junto a De
Rosario, Occean y Hutchinson formaron parte de la alineación regular, y
este último firmó una de las dianas de su equipo.
Entre los que repetirán del lado cubano están Reysander Fernández y
Yenier Márquez —cubrirían ahora el centro de la zaga—, así como Alain
Cervantes, quien salvó nuestro honor en el último minuto de aquel
enfrentamiento.
Así, se espera un pleito duro entre algunos viejos conocidos. Los
aficionados de casa andan ansiosos por ver variaciones en la imagen de
una selección duramente golpeada en sus últimas presentaciones.
Con la llegada de Chande al banquillo se abrió un compás de
esperanza, obligado ahora a traspasar la categoría de sueño y acercarse
un poco a la mejor de las realidades. Durante los pasados Juegos
Panamericanos, el granmense mostró habilidad para construir con sus
jóvenes discípulos un muro de contención ante poderosas escuadras como
Argentina y Brasil. Ahora le queda demostrar si es capaz de hacer
funcionar los elementos ofensivos bajo su mando, también frente a
rivales superiores.
Más allá de lo que pase sobre el césped, la respuesta quedará
plasmada en el pizarrón. Y solo entonces sabremos si el fútbol cubano
puede salir por sus pies de la eterna pesadilla.
Tomado de Juventud Rebelde