Al final, la selección cubana de fútbol se llevó otro mazazo en
las eliminatorias de la CONCACAF para el Mundial de Brasil’14: 0-1
ante Panamá, como visitante. Y decir a estas alturas que su sequía
goleadora no se ahogó en el Canal sería llover sobre mojado. Pero
igual hay matices que conviene no perder de vista.
Porque la derrota dejó hundida a Cuba en el sótano del grupo C,
sin puntos y sin goles; pero el equipo mejoró la cara y no fue la
"comparsita" que algunos anticipaban antes del choque. Más bien, lo
contrario.
De hecho, la propia prensa panameña reconoció que su escuadra
"sudó la gota gorda" para ganar "con lo justo y terminó pidiendo la
hora" ante un once cubano "que no paró de correr y mostró lucha en
todo momento", pese al tanto del volante Nelson Barahona al minuto
58.
Fiel a sí mismo, el DT granmense, Alexander González, repitió
alineación y cambios en el estadio Rommel Fernández, y su esquema
funcionó mejor que frente a Canadá en el Marrero. Aparecieron
Domingo y el Beto Gómez. Odisnel respondió bajo los tres palos.
Yenier recuperó la solidez en el fondo y Urgellés se mostró
infranqueable en la banda. Marcel y Cervantes ofrecieron una
conexión prometedora. Linares revolucionó el ataque con su entrada.
Así que solo quedó para el olvido la dupla Martínez-Aira, entre
imprecisa y aislada.
La falta de gol continúa siendo la asignatura pendiente para el
técnico, que ya en los Panamericanos modeló un conjunto compacto,
organizado y batallador, capaz de encarar sin complejos a Brasil y
Argentina, pero que igual se marchó de Guadalajara sin perforar el
arco rival.
No obstante, como él mismo afirmó: "Esto no se acaba aquí.
Todavía quedan 12 puntos en juego y nuestro equipo, como se vio, ha
ido creciendo". Ahora, tras unos pocos meses al frente del elenco,
por fin tendrá tiempo para afinarlo con miras al partido que
enfrentará a Cuba con una alicaída Honduras el 7 de septiembre acá
en La Habana.
Tomado de Granma