El descanso les es ajeno a los cuatro conjuntos enrolados en el
grupo C —incluida Cuba, ya sin opciones—, en las eliminatorias de la
Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf)
para la Copa del Mundo Brasil 2014.
A saber, el próximo 12 de octubre se dirimirá la quinta y penúltima
fecha, en busca de los dos conjuntos que avanzarán a la hexagonal final
de la Concacaf.
Panamá lidera la llave con nueve puntos, merced a tres victorias y
un revés, en tanto Honduras y Canadá marchan igualados en segundo y
tercer lugares, con siete unidades. La selección cubana va a la zaga,
aún sin puntos tras sus cuatro fracasos al hilo.
En esa quinta jornada, los canaleros recibirán a Honduras en el
estadio Rommel Fernández, mientras que Canadá hospedará a Cuba en el
BMO Field, de Toronto.
Al director técnico granmense Alexander González no lo deja ni
siquiera pestañear la sequía goleadora que padece su equipo, que lleva
360 minutos sin concretar ninguna de las tantas situaciones de gol
creadas en los duelos anteriores.
Por eso, la grama del estadio Pedro Marrero es un constante ir y
venir de balones, ya sean rasos o por aire. Cada uno de los miembros
del colectivo entrena arduamente en pos de «no irse en blanco» y
conseguir, al menos, una victoria en los dos partidos que les restan en
el calendario.
Pero de ello dependerá que se extirpe esa incapacidad perforadora.
Ciertamente, González no tiene mucho de donde escoger. Por eso frente a
los norteños, está precisado a emplear una alineación bastante similar
a la que utilizó en el cotejo de ida entre ambas escuadras, dirimido el
pasado 8 de junio en el estadio Pedro Marrero, donde Cuba cedió 0-1 en
la fecha debut. El gol visitante fue de Olivier Occean.
¿Qué pide (casi) a gritos González? Que sus volantes, tanto de
recuperación como creativos, se comprometan más, controlen la
manipulación del balón en el mediocampo y hagan pases más precisos
hacia sus delanteros.
Pero yo creo que les debe pedir eso… y algo más: patentizarles a sus
hombres de punta la certeza de que sí pueden triunfar en el «mano a
mano» contra cualquier portero.
Los veloces arietes y «enganches» cubanos logran ganarles en
velocidad, la mayoría de las veces, a los defensas rivales. Por eso,
aplaudo el diseño de juego al contraataque propuesto por González
contra selecciones de mayor pericia sobre la grama.
Pero a sus figuras ofensivas aún les falta ese vital instinto
depredador en el área chica. Y esta es una asignatura que no se puede
desaprobar, porque cuesta caro.
Tomado de Juventud Rebelde